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La Sierra de Guadarrama
La sierra de Guadarrama es una alineación montañosa perteneciente a la mitad este del Sistema Central (cordillera del centro de la Península Ibérica), situada entre las sierras de Gredos y de Ayllón. Se extiende en dirección suroeste-noreste y en las provincias españolas de Madrid, al sureste, y Segovia y Ávila, al noroeste. Esta sierra mide aproximadamente 80 km de longitud y su pico más alto es Peñalara con 2.428 m. Hace de división entre las cuencas del Duero, al noroeste, y del Tajo, al sureste. La cercanía a Madrid (60 km) de esta sierra ha hecho que tenga un papel importante en la historia del país. Desde el monte de la Almenara, en Robledo de Chavela, por ejemplo, en el período musulmán de la Edad Media, se encendían hogueras para avisar a Madrid de que se acercaban tropas cristianas. Atravesadas por muchos puertos y hoy en día también por vías ferroviarias, estas montañas tienen una gran afluencia de montañeros y turistas, lo que hace que las infraestructuras para el turismo y los deportes de montaña estén muy desarrollados, condición peligrosa en ocasiones para el medio ambiente.
Para dividir la sierra en zonas se pueden tener en cuenta diferentes criterios. Si usamos el de la ubicación, se puede dividir en la zona noreste y la suroeste. Estas dos áreas están separadas por la zona comprendida entre los puertos de Navacerrada y Cotos, separados entre sí por 5,6 km. Ambos puertos están en un nudo montañoso importante por su altitud y por su ubicación céntrica. También se puede dividir la sierra usando el criterio de las vertientes. Una de ellas es la del río Tajo, que mira al sureste y está enteramente en la Comunidad de Madrid. La otra es la del río Duero, que vierte las aguas hacia el noroeste. Esta vertiente se encuentra repartida entre las provincias castellano leonesas de Segovia, en su mayoría, y Ávila, en la zona suroeste. Atendiendo al criterio de la importancia de los cordales montañosos, la sierra se compone de la alineación principal, los cordales secundarios y los cerros y pequeñas sierras periféricas. La alineación principal es la divisoria de las cuencas del Duero y el Tajo, tiene 80 km de longitud y hace de límite entre la Comunidad de Madrid y Castilla y León. A continuación se describen los cordales montañosos secundarios.
En la zona central de esta sierra hay un cordal montañoso en dirección oeste-este, conocido como Cuerda Larga. Este ramal se adentra en la Comunidad de Madrid, comienza en el puerto de Navacerrada (extremo oeste) y tiene una longitud de 16 km. Constituye un cordal imponente que en ningún momento baja de los 2.000 metros de altitud hasta llegar al puerto de la Morcuera (extremo este). Los picos más altos de la Cuerda Larga son las Cabezas de Hierro con 2.383 metros. A continuación de la Cuerda Larga está la Sierra de la Morcuera, una alineación montañosa algo más baja que la anterior. Tiene una orientación suroeste-noreste, unos 18 km de longitud y su pico más alto es Perdiguera con 1.862 metros.
Los Montes Carpetanos es el nombre que recibe la parte norte de la alineación principal de la Sierra de Guadarrama, la cual está comprendida entre Peñalara y el puerto de Somosierra (el extremo noreste, donde se une con la sierra de Ayllón). La zona más cercana al puerto de Somosierra, es decir, el extremo norte de los Montes Carpetanos, también se le conoce con el nombre de sierra de Somosierra. Entre Cuerda Larga y la Sierra de la Morcuera, y la alineación principal de la Sierra de Guadarrama (la zona de los Montes Carpetanos) se extiende el valle del Lozoya, uno de los mejores ejemplos de valle serrano del Sistema Central y con gran atractivo turístico tanto en invierno -deporte de montaña, esquí- como en verano. Del extremo oeste de Cuerda Larga, y en sentido sureste, sale otro cordal de menor altitud llamado sierra de los Porrones.
Entre Abantos y el río Alberche, que constituye el límite suroeste de la Sierra de Guadarrama, las montañas y valles van perdiendo progresivamente altura según se avanza hacia el Alberche hasta llegar a los 560 metros de altitud que tiene el río a su paso por la sierra. Esta zona de la sierra tiene un pie de monte de una altura comprendida entre los 600 y 900 metros, bastante inferior al del resto de la sierra. Esta altitud menor favorece que esta zona sea una de las que más densidad y variedad de vegetación arbórea tiene de toda la sierra. Esta zona es una de las que se compone la Presierra de Guadarrama.
Para dividir la sierra en zonas se pueden tener en cuenta diferentes criterios. Si usamos el de la ubicación, se puede dividir en la zona noreste y la suroeste. Estas dos áreas están separadas por la zona comprendida entre los puertos de Navacerrada y Cotos, separados entre sí por 5,6 km. Ambos puertos están en un nudo montañoso importante por su altitud y por su ubicación céntrica. También se puede dividir la sierra usando el criterio de las vertientes. Una de ellas es la del río Tajo, que mira al sureste y está enteramente en la Comunidad de Madrid. La otra es la del río Duero, que vierte las aguas hacia el noroeste. Esta vertiente se encuentra repartida entre las provincias castellano leonesas de Segovia, en su mayoría, y Ávila, en la zona suroeste. Atendiendo al criterio de la importancia de los cordales montañosos, la sierra se compone de la alineación principal, los cordales secundarios y los cerros y pequeñas sierras periféricas. La alineación principal es la divisoria de las cuencas del Duero y el Tajo, tiene 80 km de longitud y hace de límite entre la Comunidad de Madrid y Castilla y León. A continuación se describen los cordales montañosos secundarios.
En la zona central de esta sierra hay un cordal montañoso en dirección oeste-este, conocido como Cuerda Larga. Este ramal se adentra en la Comunidad de Madrid, comienza en el puerto de Navacerrada (extremo oeste) y tiene una longitud de 16 km. Constituye un cordal imponente que en ningún momento baja de los 2.000 metros de altitud hasta llegar al puerto de la Morcuera (extremo este). Los picos más altos de la Cuerda Larga son las Cabezas de Hierro con 2.383 metros. A continuación de la Cuerda Larga está la Sierra de la Morcuera, una alineación montañosa algo más baja que la anterior. Tiene una orientación suroeste-noreste, unos 18 km de longitud y su pico más alto es Perdiguera con 1.862 metros.
Los Montes Carpetanos es el nombre que recibe la parte norte de la alineación principal de la Sierra de Guadarrama, la cual está comprendida entre Peñalara y el puerto de Somosierra (el extremo noreste, donde se une con la sierra de Ayllón). La zona más cercana al puerto de Somosierra, es decir, el extremo norte de los Montes Carpetanos, también se le conoce con el nombre de sierra de Somosierra. Entre Cuerda Larga y la Sierra de la Morcuera, y la alineación principal de la Sierra de Guadarrama (la zona de los Montes Carpetanos) se extiende el valle del Lozoya, uno de los mejores ejemplos de valle serrano del Sistema Central y con gran atractivo turístico tanto en invierno -deporte de montaña, esquí- como en verano. Del extremo oeste de Cuerda Larga, y en sentido sureste, sale otro cordal de menor altitud llamado sierra de los Porrones.
Entre Abantos y el río Alberche, que constituye el límite suroeste de la Sierra de Guadarrama, las montañas y valles van perdiendo progresivamente altura según se avanza hacia el Alberche hasta llegar a los 560 metros de altitud que tiene el río a su paso por la sierra. Esta zona de la sierra tiene un pie de monte de una altura comprendida entre los 600 y 900 metros, bastante inferior al del resto de la sierra. Esta altitud menor favorece que esta zona sea una de las que más densidad y variedad de vegetación arbórea tiene de toda la sierra. Esta zona es una de las que se compone la Presierra de Guadarrama.
History and art
La Sierra de Guadarrama recibe el nombre del río Guadarrama, el cual nace en ella. La palabra Guadarrama proviene de la palabra árabe Uad-ar-rámel, que significa río del arenal y hace referencia al río Guadarrama. La palabra Uad, que significa río, mientras que la segunda parte -ar-rámel denota arenoso. Siendo esta la explicación más común es muy posible que los árabes reinterpretaran (etimología popular), el topónimo preexistente latino Aquae dirrama> guaderrama, 'divisoria de aguas', por ser la sierra la divisoria principal de las cuencas del Tajo y el Duero. El río tomaría el nombre de la sierra y no al revés. A esta sierra también se le conoce por el nombre de "Sierra del Guadarrama", haciendo referencia al río de manera más explícitamente. Pero durante buena parte de la Edad Media a la Sierra de Guadarrama se la conoció como la Sierra del Dragón, probablemente por la silueta del monte de Siete Picos, que se asemeja al lomo de un dragón, y con este nombre la citan, por ejemplo, el Arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada en su "Historia Ghotica", o Alfonso X el Sabio en su "Estoria de España". Hoy en día muchos conocen la Sierra de Guadarrama como "Sierra de Madrid", lo cual es absolutamente incorrecto, porque la Sierra no sólo pertenece a la Comunidad de Madrid.
La historia humana de la Sierra de Guadarrama comienza en la Edad del Bronce, en unas fechas que podrían oscilar entre 1400-1200 a. C. El enclave del conjunto cerámico de "Los Aljibes" hallado en La Pedriza denota ya el interés del ser humano por esta sierra. En el enclave en el que se han hallado pinturas rupestres, fragmentos de encellas, piezas de hoz, armadura de flecha y hallazgos metalúrgicos próximos parece ser un abrigo santuario, ya que aprovecha una oquedad formada por dos tolmos de granito, con apariencia de dolmen, que crea un espacio rectangular interior capaz de albergar a varias personas.
La condición de barrera natural de la sierra es la causa de que esta sierra haya sido escenario de importantes combates en muchos de los conflictos armados que ha sufrido España. Así, constituyó la frontera entre los reinos cristianos al norte y musulmanes al sur en tiempos de la Reconquista, más concretamente desde el siglo VIII a 1085. En recuerdo de aquella época podemos disfrutar hoy de espléndidos ejemplos de ciudades medievales amuralladas en ambos lados de la sierra, como son Buitrago del Lozoya en Madrid o Pedraza en Segovia, de castillos como el de Manzanares el Real y de atalayas defensivas árabes como la Atalaya de Torrelodones.
Desde la fundación por los romanos de la ciudad de Segovia estuvo siempre asociada la parte central de esta sierra a la citada ciudad, perteneciéndole todos sus bosques y pastos de ambas laderas. Sin embargo, desde la creación de la provincia de Madrid, por las necesidades de la Corte tras instalarse ésta en Madrid en el siglo XVI, se repartieron las laderas entre las dos provincias siendo desde entonces la línea principal de las cumbres el límite entre la Castilla del norte y la del sur.
La historia humana de la Sierra de Guadarrama comienza en la Edad del Bronce, en unas fechas que podrían oscilar entre 1400-1200 a. C. El enclave del conjunto cerámico de "Los Aljibes" hallado en La Pedriza denota ya el interés del ser humano por esta sierra. En el enclave en el que se han hallado pinturas rupestres, fragmentos de encellas, piezas de hoz, armadura de flecha y hallazgos metalúrgicos próximos parece ser un abrigo santuario, ya que aprovecha una oquedad formada por dos tolmos de granito, con apariencia de dolmen, que crea un espacio rectangular interior capaz de albergar a varias personas.
La condición de barrera natural de la sierra es la causa de que esta sierra haya sido escenario de importantes combates en muchos de los conflictos armados que ha sufrido España. Así, constituyó la frontera entre los reinos cristianos al norte y musulmanes al sur en tiempos de la Reconquista, más concretamente desde el siglo VIII a 1085. En recuerdo de aquella época podemos disfrutar hoy de espléndidos ejemplos de ciudades medievales amuralladas en ambos lados de la sierra, como son Buitrago del Lozoya en Madrid o Pedraza en Segovia, de castillos como el de Manzanares el Real y de atalayas defensivas árabes como la Atalaya de Torrelodones.
Desde la fundación por los romanos de la ciudad de Segovia estuvo siempre asociada la parte central de esta sierra a la citada ciudad, perteneciéndole todos sus bosques y pastos de ambas laderas. Sin embargo, desde la creación de la provincia de Madrid, por las necesidades de la Corte tras instalarse ésta en Madrid en el siglo XVI, se repartieron las laderas entre las dos provincias siendo desde entonces la línea principal de las cumbres el límite entre la Castilla del norte y la del sur.
El Escorial monastery
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial es un complejo de palacio, basílica y monasterio en la Comunidad de Madrid, España, construido entre 1563 y 1584.
El palacio fue residencia de la Familia Real Española, la basílica es lugar de sepultura de los reyes de España y el monasterio -fundado por monjes jerónimos- está ocupado actualmente por frailes de la Orden de San Agustín. Es una de las más singulares arquitecturas renacentistas de España y de Europa. Situado en San Lorenzo de El Escorial, ocupa una superficie de 33.327 m², sobre la ladera meridional del monte Abantos, a 1028 m. de altitud, en la Sierra de Guadarrama. Está gestionado por Patrimonio Nacional.
Conocido también como Monasterio de San Lorenzo El Real, o, sencillamente, El Escorial, fue ideado en la segunda mitad del siglo XVI por el rey Felipe II y su arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque posteriormente intervinieron Juan de Herrera, Juan de Minjares, Giovanni Battista Castello El Bergamasco y Francisco de Mora. El rey concibió un gran complejo multifuncional, monacal y palaciego que, plasmado por Juan Bautista de Toledo según el paradigma de la Traza Universal, dio origen al estilo herreriano.
Fue considerado, desde finales del siglo XVI, la Octava Maravilla del Mundo, tanto por su tamaño y complejidad funcional como por su enorme valor simbólico. Su arquitectura marcó el paso del plateresco renacentista al clasicismo desornamentado. Obra ingente, de gran monumentalidad, es también un receptáculo de las demás artes.
Sus pinturas, esculturas, cantorales, pergaminos, ornamentos litúrgicos y demás objetos suntuarios, sacros y áulicos hacen que El Escorial sea también un museo. Su compleja iconografía e iconología ha merecido las más variadas interpretaciones de historiadores, admiradores y críticos. El Escorial es la cristalización de las ideas y de la voluntad de su creador, el rey Felipe II, un príncipe renacentista.
El palacio fue residencia de la Familia Real Española, la basílica es lugar de sepultura de los reyes de España y el monasterio -fundado por monjes jerónimos- está ocupado actualmente por frailes de la Orden de San Agustín. Es una de las más singulares arquitecturas renacentistas de España y de Europa. Situado en San Lorenzo de El Escorial, ocupa una superficie de 33.327 m², sobre la ladera meridional del monte Abantos, a 1028 m. de altitud, en la Sierra de Guadarrama. Está gestionado por Patrimonio Nacional.
Conocido también como Monasterio de San Lorenzo El Real, o, sencillamente, El Escorial, fue ideado en la segunda mitad del siglo XVI por el rey Felipe II y su arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque posteriormente intervinieron Juan de Herrera, Juan de Minjares, Giovanni Battista Castello El Bergamasco y Francisco de Mora. El rey concibió un gran complejo multifuncional, monacal y palaciego que, plasmado por Juan Bautista de Toledo según el paradigma de la Traza Universal, dio origen al estilo herreriano.
Fue considerado, desde finales del siglo XVI, la Octava Maravilla del Mundo, tanto por su tamaño y complejidad funcional como por su enorme valor simbólico. Su arquitectura marcó el paso del plateresco renacentista al clasicismo desornamentado. Obra ingente, de gran monumentalidad, es también un receptáculo de las demás artes.
Sus pinturas, esculturas, cantorales, pergaminos, ornamentos litúrgicos y demás objetos suntuarios, sacros y áulicos hacen que El Escorial sea también un museo. Su compleja iconografía e iconología ha merecido las más variadas interpretaciones de historiadores, admiradores y críticos. El Escorial es la cristalización de las ideas y de la voluntad de su creador, el rey Felipe II, un príncipe renacentista.
San Ildefonso palace
El Real Sitio de La Granja está situado en la vertiente norte de la sierra del Guadarrama y su nombre proviene de una antigua granja que los monjes jerónimos del monasterio segoviano de El Parral tenían aquí. Felipe V se retiró a este lugar en 1724 y durante los veinte años siguientes engrandeció los jardines y el palacio, que fue usado como residencia de verano por todos sus sucesores hasta Alfonso XIII. Recientemente, se han acometido trabajos de restauración y de reordenación de las colecciones en los Salones Oficiales que nos permiten volver a la época de Felipe V.
Los jardines son uno de los mejores ejemplos que hoy se conservan de los jardines del siglo XVIII, realizado por el arquitecto francés René Carlier; está formado con parterres y bosquetes delimitados con paredes de vetación formadas con carpe, y alineaciones de árboles, en especial tilos y castaños de Indias. En el siglo XIX se introdujeron nuevas especies, sobre todo coníferas como las monumentales sequoias, plantadas ante la Real Colegiata, en los jardines del Medio Punto.
Los jardines son uno de los mejores ejemplos que hoy se conservan de los jardines del siglo XVIII, realizado por el arquitecto francés René Carlier; está formado con parterres y bosquetes delimitados con paredes de vetación formadas con carpe, y alineaciones de árboles, en especial tilos y castaños de Indias. En el siglo XIX se introdujeron nuevas especies, sobre todo coníferas como las monumentales sequoias, plantadas ante la Real Colegiata, en los jardines del Medio Punto.
El Paular monastery
El Real Monasterio de Santa María de El Paular fue durante 450 años un monasterio cartujo, desde su fundación en 1390. Actualmente, desde 1954, es una abadía benedictina. Está situado en el municipio de Rascafría, en la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama.
Por orden de Enrique II de Castilla las obras de construcción del cenobio cartujano dieron comienzo en 1390 y se prolongaron durante varios siglos. Fue la primera fundación de la orden de San Bruno en Castilla. La ubicación fue elegida por el monarca y, según cuenta la tradición, decidió que el monasterio fuese de la orden cartuja debido a que, durante la guerra en Francia, su ejército había incendiado un monasterio de la misma orden. Enrique II se ocupó de señalar a su hijo, que reinaría como Juan I de Castilla, el lugar exacto de la construcción, junto a una ermita que se conocía como Santa María de El Paular. Esta ermita aún sobrevive hoy aunque rebautizada como Capilla de Nuestra Señora de Montserrat.
En 1835 la desamortización de Mendizábal afectó de lleno al monasterio y la orden Cartuja fue exclaustrada. Buena parte de las obras de arte que el monasterio contenía se perdieron entonces, como, por ejemplo, los retablos y altares que decoraban las paredes de la iglesia y los miles de libros que albergaba su magnífica biblioteca. Ya sin monjes que ocupasen el claustro, en 1876, poco después de que Alfonso XII ascendiese al trono, el gobierno declaró al Real Monasterio de Santa María de El Paular como Monumento Nacional, lo que, probablemente, salvó al edificio de la ruina total.
Por orden de Enrique II de Castilla las obras de construcción del cenobio cartujano dieron comienzo en 1390 y se prolongaron durante varios siglos. Fue la primera fundación de la orden de San Bruno en Castilla. La ubicación fue elegida por el monarca y, según cuenta la tradición, decidió que el monasterio fuese de la orden cartuja debido a que, durante la guerra en Francia, su ejército había incendiado un monasterio de la misma orden. Enrique II se ocupó de señalar a su hijo, que reinaría como Juan I de Castilla, el lugar exacto de la construcción, junto a una ermita que se conocía como Santa María de El Paular. Esta ermita aún sobrevive hoy aunque rebautizada como Capilla de Nuestra Señora de Montserrat.
En 1835 la desamortización de Mendizábal afectó de lleno al monasterio y la orden Cartuja fue exclaustrada. Buena parte de las obras de arte que el monasterio contenía se perdieron entonces, como, por ejemplo, los retablos y altares que decoraban las paredes de la iglesia y los miles de libros que albergaba su magnífica biblioteca. Ya sin monjes que ocupasen el claustro, en 1876, poco después de que Alfonso XII ascendiese al trono, el gobierno declaró al Real Monasterio de Santa María de El Paular como Monumento Nacional, lo que, probablemente, salvó al edificio de la ruina total.
Manzanares El Real castle
Un noble llamado don Pedro le dejó su caballo al rey para que huyese de los enemigos en una batalla contra los portugueses, se llama la batalla de Aljubarrota. Don Pedro murió y el rey en agradecimiento donó las tierras del “Real de Manzanares” a su familia y así muchos años después se construyó este castillo en el pueblo de Manzanares el Real, que se llama así porque donde hoy está el embalse de Santillana se cree que había una extensa vega llena de manzanos. Este castillo es una importante muestra de la arquitectura militar castellana del siglo XV y uno de los últimos en España. De hecho, su inicial vocación de fortaleza dejó paso a la de palacio residencial de una de las familias más linajudas de Castilla, desde la Edad Media: Los Mendoza.
Erigido sobre una ermita románico-mudéjar en honor a Santa María de la Nava, que data del siglo XIII, el palacio-fortaleza de los Mendoza es, de todas las fortalezas medievales existentes en España, la más conocida y una de las mejor conservadas. Sus obras dieron comienzo en 1475.
Erigido sobre una ermita románico-mudéjar en honor a Santa María de la Nava, que data del siglo XIII, el palacio-fortaleza de los Mendoza es, de todas las fortalezas medievales existentes en España, la más conocida y una de las mejor conservadas. Sus obras dieron comienzo en 1475.
Peaks and routes in Guadarrama mountains
La Sierra de Guadarrama ofrece multitud de posibilidades para practicar casi cualquier deporte de montaña. La proximidad de esta sierra a Madrid (60 km) y ciudades periféricas hace que disponga de un gran número de caminos en bastante buen estado, zonas de recreo y descanso, y tres estaciones de esquí. Esta sierra ha sido escenario de la formación y aprendizaje de esquiadores, escaladores y alpinistas famosos.
Laguna de Peñalara
El Parque Natural de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara, es un espacio natural protegido de 768 hectáreas situado en la zona central de la Sierra de Guadarrama. También se localiza en la vertiente sureste del pico de Peñalara (2.428 m), en el término municipal de Rascafría. Este espacio natural alberga el pico de Peñalara, el más alto de la Sierra de Guadarrama, tres pequeños circos, dos morrenas y una serie de lagunas, todo ello de origen glaciar. El paraje fue declarado como Parque Natural el 15 de junio de 1990.
La Pedriza
La Pedriza es una de las zonas más características y singulares de la Sierra de Guadarrama. Se sitúa en la vertiente sur de la Cuerda Larga, en el término municipal de Manzanares el Real y dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. La Pedriza tiene un paisaje repleto de enormes rocas y paredes de granito de formas muy curiosas y llamativas. Entre los elevados roquedos aparece un sotobosque compuesto por jaras y sabinas y separado de éste, un bosque de pinos. En el fondo de los pequeños valles que conforman La Pedriza transcurre el río Manzanares en su cuenca alta y otros arroyos bastante caudalosos. En la parte baja de este lugar hay un área recreativa con parking del que salen varios caminos que atraviesan La Pedriza. El pico más importante y llamativo de esta zona es el Yelmo, una gigantesca roca granítica sobresaliente del resto y que supera los 1.700 metros de altitud. Esta es la roca más grande de las muchas que hay, y en su cara sur tiene una gran pared muy transitada por escaladores avanzados. A lo largo de la historia, La Pedriza ha sido un lugar muy concurrido por exiliados y perseguidos en guerra que se escondían en las cuevas.
Siete Picos
Los Siete Picos es uno de los macizos montañosos más importantes y singulares de la Sierra de Guadarrama. Tiene una altitud máxima de 2.138 metros y está situado en el límite entre la Comunidad de Madrid y la provincia de Segovia, a 19 km al sur de Segovia. El pico más elevado de los siete que componen el macizo y en el que se erige el vértice geodésico, recibe popularmente el nombre de Pico de Somontano.
Uno de los atractivos de la ascensión a Siete Picos es su Calzada Romana que está situada en el Valle de la Fuenfría y asciende al collado del mismo nombre.
Uno de los atractivos de la ascensión a Siete Picos es su Calzada Romana que está situada en el Valle de la Fuenfría y asciende al collado del mismo nombre.
La Cabrera
En términos geológicos, la Sierra de La Cabrera presenta un carácter aislado, producto de una erosión diferencial. Está formada por rocas plutónicas, con dos tipos de granito, de grano fino y grueso, que resultan especialmente visibles en las laderas meridionales. Éstas presentan un relieve muy escarpado, con paredes rocosas casi verticales. Sus altitudes máximas se localizan en el Cancho Gordo, de 1.564 m, y en el Pico de la Miel, de 1.392 m. Es un importante centro de actividades para los escaladores de Madrid y una escuela de escalada de reconocido prestigio internacional.
Geología
La Sierra de Guadarrama es el resultado del choque de las placas correspondientes a la Submeseta Sur y a la Submeseta Norte, ambas pertenecientes a la Meseta Central de la península Ibérica. Esta sierra se levantó durante la orogenia alpina (era Terciaria), aunque los materiales sobre los que se asienta (el zócalo granítico meseteño) sean anteriores (de la orogenia herciniana). Las rocas han sufrido una fuerte erosión, por lo que se han aplanado mucho tanto en las cumbres como en las estribaciones septentrionales y meridionales. Esta sierra es un sistema montañoso más antiguo que otras montañas, como son los Pirineos, los Alpes, los Andes o el Himalaya. Las rocas más abundantes son el granito y el gneis.
En el paleozoico medio (hace entre 360 y 290 millones de años), un substrato inicial de antiguos granitos y sedimentos se empezó a plegar y metamorfizar, originándose los gneises. Durante el paleozoico superior (entre 290 y 250 ma.) dichos materiales se fracturan. Se inicia el emplazamiento en superficie de masas magmáticas, dando lugar a los granitos. En la fase final de esta era se produce la elevación general de toda la Cordillera. Desde finales del Paleozoico y durante el Mesozoico (entre 250 y 65 ma.) se inician los procesos de erosión y desmantelamiento del relieve. También durante este último se produce una trasgresión marina, quedando en la superficie zonas subacuáticas (puede que en aquel momento la sierra no fuese más que un islote poco elevado sobre el mar) y formándose cuencas de sedimentación recubriendo las llanuras con sedimentos que darán lugar a las calizas. Estas se localizan hoy en los bordes de las sierras y algunas de sus fosas interiores, algunos ejemplos se pueden encontrar en El Vellón, La Pinilla y Patones.
En el Cenozoico o Terciario (entre 65 y 1.8 ma.), se reactivan los procesos que provocan la elevación de la Sierra y la compartimentación en bloques tal y como los encontramos. La erosión del macizo rocoso provoca el relleno sedimentario de las cuencas con Arcosas. La acción glaciar del Cuaternario (hace 1,8 ma. hasta hoy) acabaría de modelar varios de los relieves actuales de la sierra con pequeños circos de tipo pirenaico, algunos ejemplos se encuentran en el Parque Natural de Peñalara, en el entorno de El Nevero y La Maliciosa. En definitiva en los últimos millones de años, la acción glaciar, la consolidación de la red de ríos y la excavación de valles y terrazas dan lugar a la morfología actual del terreno.
En el paleozoico medio (hace entre 360 y 290 millones de años), un substrato inicial de antiguos granitos y sedimentos se empezó a plegar y metamorfizar, originándose los gneises. Durante el paleozoico superior (entre 290 y 250 ma.) dichos materiales se fracturan. Se inicia el emplazamiento en superficie de masas magmáticas, dando lugar a los granitos. En la fase final de esta era se produce la elevación general de toda la Cordillera. Desde finales del Paleozoico y durante el Mesozoico (entre 250 y 65 ma.) se inician los procesos de erosión y desmantelamiento del relieve. También durante este último se produce una trasgresión marina, quedando en la superficie zonas subacuáticas (puede que en aquel momento la sierra no fuese más que un islote poco elevado sobre el mar) y formándose cuencas de sedimentación recubriendo las llanuras con sedimentos que darán lugar a las calizas. Estas se localizan hoy en los bordes de las sierras y algunas de sus fosas interiores, algunos ejemplos se pueden encontrar en El Vellón, La Pinilla y Patones.
En el Cenozoico o Terciario (entre 65 y 1.8 ma.), se reactivan los procesos que provocan la elevación de la Sierra y la compartimentación en bloques tal y como los encontramos. La erosión del macizo rocoso provoca el relleno sedimentario de las cuencas con Arcosas. La acción glaciar del Cuaternario (hace 1,8 ma. hasta hoy) acabaría de modelar varios de los relieves actuales de la sierra con pequeños circos de tipo pirenaico, algunos ejemplos se encuentran en el Parque Natural de Peñalara, en el entorno de El Nevero y La Maliciosa. En definitiva en los últimos millones de años, la acción glaciar, la consolidación de la red de ríos y la excavación de valles y terrazas dan lugar a la morfología actual del terreno.
Fauna
En estos ecosistemas desarrolla su vida una gran cantidad y variedad de fauna salvaje, encontrándose mamíferos como ciervos, jabalíes, corzos, gamos, tejones, varios mustélidos, gatos monteses, zorros, liebres, etc.; una gran cantidad de especies de aves acuáticas en el Embalse de Santillana y otros, y grandes rapaces como el águila imperial o el buitre negro, entre otras. Las especies animales presentes en la sierra representan el 45% de la fauna total de España y el 18% de la europea.
Hay que destacar la existencia de aves migratorias que habitan temporalmente la Sierra de Guadarrama. Autillos, halcones abejeros, milanos negros y reales, abejarucos, numerosas especies de anátidas son algunas de estas especies. A principios de otoño, las grullas que pasaron el verano en el norte de Europa atraviesan los cielos de esta Sierra en su viaje a las dehesas de Extremadura. A finales de invierno llegan de África las cigüeñas y aves rapaces migratorias. Algunas de las especies animales en peligro de extinción que habitan esta sierra son el águila imperial, la cigüeña negra o el lobo.
Hay que destacar la existencia de aves migratorias que habitan temporalmente la Sierra de Guadarrama. Autillos, halcones abejeros, milanos negros y reales, abejarucos, numerosas especies de anátidas son algunas de estas especies. A principios de otoño, las grullas que pasaron el verano en el norte de Europa atraviesan los cielos de esta Sierra en su viaje a las dehesas de Extremadura. A finales de invierno llegan de África las cigüeñas y aves rapaces migratorias. Algunas de las especies animales en peligro de extinción que habitan esta sierra son el águila imperial, la cigüeña negra o el lobo.
Flora
Por encima de los 1.800 metros se encuentran cubiertas las laderas de esta sierra, en el piso alpino (por encima de los 1.800 m), por pastizales de cervuno aprovechados por la ganadería extensiva que produce carne de excelente calidad y certificada como "Ternera de Guadarrama". En esta zona también abundan matorrales rastreros de alta montaña, de los cuales los dos más abundantes son el piorno serrano y el enebro rastrero. Estos arbustos no crecen en altura debido al viento, que suele soplar muy fuerte en todas las épocas del año. Los pocos pinos silvestres que existen en estas altitudes son aislados y de poca altura debido al fuerte viento y las temperaturas. Las cumbres de esta sierra son islas ecológicas donde hay especies propias de latitudes mucho mayores y que han sobrevivido la última desglaciación.
Entre los 2.000 y 1.000 metros en los pisos subalpino y montano (entre los 2.000 y 1.000 m) se hallan algunos de los mejores bosques naturales de pino silvestre (Pinus sylvestris L) que existen en España, como son los de la Sociedad Belga de los Pinares del Paular en Rascafría, en la vertiente madrileña, y el pinar de Valsaín en Segovia. Este último es de los pocos montes de titularidad estatal en España (pertenece a Parques Nacionales), y que está ordenado desde el siglo XVIII, explotándose desde entonces sin interrupción hasta hoy. El pino silvestre es con diferencia la especie arbórea más abundante en toda la sierra, aunque también se pueden encontrar zonas boscosas de pino negral (introducido por el hombre) y laricio, y de manera más aislada fresnos y abedules. Entre los matorrales representativos de este piso climático destacan los helechos, los enebros y retamas. A esta altitud se encuentra el árbol más viejo de la sierra y de la Comunidad de Madrid. Es el tejo de Barondillo, tiene unos 2.000 años y se ubica en la zona alta del valle del Lozoya. Por debajo de los 1.400 metros por debajo de los pinares (a una altitud menor de 1.400 m), el piso montano está cubierto por robledales de rebollo (Quercus pyrenaica L), que en ocasiones invaden la zona de pinar ocasionando problemas, ya que no se pueden talar los rebollos por estar protegidos. Estos rebollares se emplean para surtir de leña a todos los pueblos serranos repartiendo las "suertes" de leña entre los vecinos cada temporada. Otra especie arbórea que se puede encontrar a esta altitud es el abedul, que aparece formando espesos bosques, y los árboles frondosos de ribera, que se dan cerca de cauces de agua. Por debajo de los 900 metros aparecen las encinas, uno de los árboles más característicos de la Meseta Central. En este piso climático, la diversidad de especies matorrales es mayor que en alturas superiores y varía mucho dependiendo de la altitud. Se pueden encontrar especies arbustivas propias del clima mediterráneo continentalizado. En la zona norte de la vertiente noroeste abundan los enebros y sabinas, que llegan a formar pequeños bosques. En la zona más suroccidental de la sierra, las formaciones forestales, cambian de especies; así los pinos silvestres se cambian por pinos piñoneros (Pinus pinea L), mientras que los robles se ven sustituidos por quejigos y encinas, al ser esta una zona más baja y con menos precipitaciones. En los pinares de Navafría (zona norte de la vertiente segoviana) hay media docena de hayas, una especie muy poco frecuente en estas latitudes, aunque en épocas más frías abundaban en la sierra.
Entre los 2.000 y 1.000 metros en los pisos subalpino y montano (entre los 2.000 y 1.000 m) se hallan algunos de los mejores bosques naturales de pino silvestre (Pinus sylvestris L) que existen en España, como son los de la Sociedad Belga de los Pinares del Paular en Rascafría, en la vertiente madrileña, y el pinar de Valsaín en Segovia. Este último es de los pocos montes de titularidad estatal en España (pertenece a Parques Nacionales), y que está ordenado desde el siglo XVIII, explotándose desde entonces sin interrupción hasta hoy. El pino silvestre es con diferencia la especie arbórea más abundante en toda la sierra, aunque también se pueden encontrar zonas boscosas de pino negral (introducido por el hombre) y laricio, y de manera más aislada fresnos y abedules. Entre los matorrales representativos de este piso climático destacan los helechos, los enebros y retamas. A esta altitud se encuentra el árbol más viejo de la sierra y de la Comunidad de Madrid. Es el tejo de Barondillo, tiene unos 2.000 años y se ubica en la zona alta del valle del Lozoya. Por debajo de los 1.400 metros por debajo de los pinares (a una altitud menor de 1.400 m), el piso montano está cubierto por robledales de rebollo (Quercus pyrenaica L), que en ocasiones invaden la zona de pinar ocasionando problemas, ya que no se pueden talar los rebollos por estar protegidos. Estos rebollares se emplean para surtir de leña a todos los pueblos serranos repartiendo las "suertes" de leña entre los vecinos cada temporada. Otra especie arbórea que se puede encontrar a esta altitud es el abedul, que aparece formando espesos bosques, y los árboles frondosos de ribera, que se dan cerca de cauces de agua. Por debajo de los 900 metros aparecen las encinas, uno de los árboles más característicos de la Meseta Central. En este piso climático, la diversidad de especies matorrales es mayor que en alturas superiores y varía mucho dependiendo de la altitud. Se pueden encontrar especies arbustivas propias del clima mediterráneo continentalizado. En la zona norte de la vertiente noroeste abundan los enebros y sabinas, que llegan a formar pequeños bosques. En la zona más suroccidental de la sierra, las formaciones forestales, cambian de especies; así los pinos silvestres se cambian por pinos piñoneros (Pinus pinea L), mientras que los robles se ven sustituidos por quejigos y encinas, al ser esta una zona más baja y con menos precipitaciones. En los pinares de Navafría (zona norte de la vertiente segoviana) hay media docena de hayas, una especie muy poco frecuente en estas latitudes, aunque en épocas más frías abundaban en la sierra.
Gastronomía
La Sierra de Guadarrama es todo un mundo de posibilidades. A las más conocidas de naturaleza, patrimonio y actividades al aire libre hay que añadirle un aspecto que hará la boca agua a más de uno: su gastronomía. La gastronomía de la Sierra de Guadarrama es excelente, suculenta y variada. El privilegiado entorno de la región permite aprovechar muchos de los productos que se obtienen de forma natural y que aportan un toque distinguido y de gran calidad a los platos.
Callos a la Madrileña
Los callos a la madrileña corresponden a uno de los platos más típicos del invierno madrileño. Se elabora principalmente con tripas de vaca. Los ingredientes se cocinan muy lentamente en un caldo de carne con pimentón (algo que les proporcionan ese color rojo característico), salsa de tomate, especias (Clavo de olor, hoja de laurel, nuez moscada, tomillo, romero) y ajo. En Europa se pueden encontrar en diversas partes de esta forma en Francia se toman al "al estilo de Caen", en Roma en el barrio de Trastevere se sirven con ralladura de queso pecorino romano.
Cabrito asado
Se le nombra cabrito a la cría de la cabra de hasta 4 meses de edad. La carne del cabrito se asemeja a la carne de la cría de borrego, al cordero de leche. Este es el plato estrella en toda la sierra del Guadarrama.
Cochinillo al horno
También conocido como lechón o tostón al horno es uno de los típicos asados castellanos, donde su textura crujiente y tostada de la piel se mezcla con una carne jugosa que hace las delicias de cualquier invitado o comensal. En Segovia y Ávila es uno de los platos más famosos en todas las celebraciones importantes, por lo que es perfecto para comer en compañía familiar.
Judiones de la Granja
Los judiones de La Granja es un plato tan típico como antiguo. Pertenece a la gastronomía propia segoviana, y su variedad blanca se cultiva exclusivamente en La Granja de San Ildefonso. Es por eso por lo que adquiere su nombre. Conocido también como “Blanco de España” o “Judía de España”, es una legumbre de gran tamaño, muy tierna y sabrosa (estas cualidades son poco comunes en los judiones, debido a su gran calibre) El origen de este gran plato tradicional de Segovia tiene varias teorías. Una de ellas es, según la tradición oral, el origen del cultivo de esta legumbre se dio en el siglo XVIII. La reina Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V, era una fiel amante de los faisanes. Maravillada por estos animales, trajo desde América del Sur estas legumbres para poder alimentarlos.
Torrijas
La torrija, torreja o tostada es un dulce típico de las celebraciones de Cuaresma y Semana Santa. La torrija o torreja aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan del Encina: «miel y muchos huevos para hacer torrejas», al parecer como plato indicado para la recuperación de parturientas.
Vinos de Madrid
A pesar de que existen testimonios de la producción vinícola en los alrededores de Madrid desde el siglo XIII, la viticultura de esta región ha tenido que pasar por un período de depresión y anonimato –motivado por la plaga de filoxera, en 1914, y la Guerra Civil española– para recuperar su fulgor a partir de 1990, año en que se instaura la D.O. Vinos de Madrid.
Desde entonces, los vinos madrileños han vivido un rápido desarrollo –con la renovación de las antiguas bodegas y la llegada de otras nuevas– que se ha traducido en un impresionante salto cualitativo.
Desde entonces, los vinos madrileños han vivido un rápido desarrollo –con la renovación de las antiguas bodegas y la llegada de otras nuevas– que se ha traducido en un impresionante salto cualitativo.